Ada se encuentra en la cama, muy enferma, y en su delirio ve a su padre muerto (Lord Byron) con el que repasa su propia vida en la que las matemáticas adquieren un gran protagonismo. Este repaso vital contribuye a que padre e hija se conozcan y surjan revelaciones y reproches que hacen cambiar la concepción que Ada tiene de su existencia y le llevan a tomar una sorprendente decisión.
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